jueves, 19 de diciembre de 2019

El afrontamiento en enfermos con cáncer

Son muchos los factores que pueden influir en los mecanismos de afrontamiento. Por un lado puede depender de los recursos individuales con los que cuenta la persona y por otro con factores relacionados a las creencias que pueden ser religiosas o no; al control social que se puede ejercer sobre el medio y la persona misma, así como las capacidades resolutivas o habilidades sociales que posee la persona. Lazarus y Folkman también señalan que el afrontamiento es un proceso continuo y cambiante, depende de la situación a la que se enfrente la persona: enfermedad o muerte. En este proceso la persona puede convertirse en un ente participativo dentro del proceso de afrontamiento y puede darse de dos tipos, afrontamiento activo o pasivo.
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La pérdida de un hijo puede llevar a una crisis, que puede aparecer como algún trastorno postraumático, otras enfermedades mentales, intentos suicidas o en algún caso hasta la muerte. Por ello los padres se enfrentan a construir un nuevo sentido a la vida.

Otras de los puntos clave para afrontar esta situación es dedicar tiempo a tus ocios, mantenerse ocupados constantemente con cosas que te gusten y dejar de culparse por el pasado y asimilar que la situación estaba fuera de su control. Además de apreciar el momento, sentirse orgulloso de lo que eres y seguir queriendo a las demás personas del círculo, son factores clave para vivir la propia vida y para comprender que sus vidas tienen significado.

ARTÍCULO SOBRE EL ESTILO DE AFRONTAMIENTO Y CALIDAD DE VIDA EN ADOLESCENTES CON CÁNCER

El estudio se realizó con el objetivo de describir el estilo de afrontamiento y la calidad de vida en un grupo de adolescentes con cáncer.

La muestra está constituida por 23 adolescentes con una media de edad de 16 años. Se aplicaron 2 instrumentos: el cuestionario de afrontamiento para adolescentes 3 y la versión estandarizada de la forma general del inventario de calidad de vida pediátrico, mas una entrevista semiestructurada.

En cuanto a los resultados obtenidos, la estrategia de afrontamiento mas utilizada fue la religión; mientras que impotencia y autolesión se mostró como la menos frecuente. La calidad de vida fue media, siendo las áreas mas afectadas el malestar emocional y cognitivo y el funcionamiento emocional.

Calidad de vida:

En los resultados del estudio, en general los y las participantes reportaron afectación de todas las áreas medidas. En la entrevista estructurada un 87% había dejado de realizar una actividad de su agrado a partir del diagnóstico de cáncer lo que genera un sentimiento de tristeza enojo y desesperación. El área de funcionamiento social con respecto a la escuela, según lo esperado, mostró un deterioro moderado.

Estilo de afrontamiento:

Los resultados del estudio mostraron que en los pacientes adolescentes no predominaba ninguna estrategia de afrontamiento si no que tanto el afrontamiento comprometido como el evitativo se presentaban con regularidad.

LOS PROBLEMAS PSICOSOCIALES QUE AFRONTAN LOS ADOLESCENTES CON CÁNCER Y PROBABILIDADES DE SUPERVIVENCIA

En este se realiza una revisión bibliográfica de los 80 artículos más relevantes publicados en los últimos asociados con el adolescente con cáncer a través de las bases de PubMed y PsycINFOs. Trata de describir los problemas psicosociales que afronta el adolescente y así aumentar sus probabilidades de supervivencia.

La adolescencia es una etapa de transición entre la niñez y la edad adulta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los adolescentes como individuos entre los 10 y 20 años de edad. A los efectos de estudios de epidemiología y de la investigación del cáncer, el National Cancer Institute (NCI) considera que el periodo de adolescencia está asignado el rango de edad de 15 a 19 años. Barr señala que los datos de supervivencia global a los 5 años en adolescente con cáncer es aproximadamente del 73-78%. Los adolescentes tienen una supervivencia más baja que los niños y estos  pueden ser uno de los motivos.
El adolescente tiene que tratar con dos fuentes de estrés:
  • Tener un diagnóstico que pone en peligro su vida y el tratamiento intensivo asociado.

  • El desafío de la transición del desarrollo desde la niñez a la edad adulta.

Destacar que los adolescentes con cáncer no cuentan con los recursos de afrontamiento necesarios que pone en riesgo su vida y que implica un cambio bestial en su estilo de vida. La adolescencia es un etapa del desarrollo en la que existe una mayor vulnerabilidad al estrés y que los adolescentes con cáncer deben hacer frente a una mayor carga que puede afectar a las tareas normativas del desarrollo. Se hace necesaria una atención especializada para detectar la presencia de posibles alteraciones emocionales. 
Tanto el diagnóstico de cáncer como el tratamiento consiguiente son particularmente difíciles para los pacientes adolescentes. En las instituciones tanto pediátricas y como de adultos, a menudo existe una falta de conciencia de los problemas y necesidades psicosociales de los jóvenes con cáncer. Esto significa que los adolescentes están rodeados de pacientes mucho mayores o más jóvenes que ellos mismos, que aumenta su sentido de aislamiento y refuerza su percepción de que son diferentes de sus compañero.
Es importante que en toda la experiencia con el cáncer, los jóvenes tengan la oportunidad de seguir viviendo una vida tan normal como sea posible, para efectuar las tareas de desarrollo, y participar en los muchos hitos que se producen durante esta etapa de la vida.

A continuación presentaremos un testimonio real de cómo una mujer de 74 años afronta la repentina noticia de que su marido tiene un cáncer terminal y su posterior fallecimiento.

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Describe el momento en el que su marido se comienza a encontrar mal con profunda tristeza y con lágrimas en los ojos. Sin embargo, comenta que, tras el miedo que le provocó la noticia encontró la paz cuidando de él, el cual también afrontó la situación con entereza y siempre sonriente, ayudado también por la dedicación de sus hijos y la buena situación económica de la que disfrutaban.

Tras la muerte de su marido, comenzó un periodo de incredulidad y desolación ante la falta de una persona con la que había compartido gran parte de su vida. Al comienzo del afrontamiento, cuenta, se enumeró todas las cosas positivas que tenía la vida que le quedaba, y todas las preguntas que le surgían las trataba de responder con la Biblia. Después de esto, acabó por aceptar que el dolor que sentía no era necesariamente negativo y le ayudó a tomárselo como un cambio más en la vida. Asumió que, a pesar de que se pierde mucho, aún quedan muchas cosas importantes por hacer, y se apoya en la realización de distintas actividades que le hacen feliz.

También comenta que sintió que no iba a ser capaz de superar la pérdida y que nunca volverá a sentirse plena. Por suerte, contaba con sus hijos, nietos y amigos los cuales le dieron las ganas de continuar, además de los recuerdos que tenía almacenados en su memoria, los cuales más que entristecerle, le producían el efecto contrario.

Finaliza con que, hoy en día, no se siente culpable por haber conseguido superar la pérdida y ser feliz sin esa persona, pero la sigue teniendo presente.










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